La profe Jessica
En el cole de las MiniDamiselas ya han vuelto de las vacaciones. Las profes están muy atareadas y a Jessica la ha tocado encargarse de los más peques.
En el patio los chiquitines se lo pasan pipa y juegan con sus compañeros más mayores. Jessica les ha enseñado algunas canciones y juegos y se divierte viendo cómo éstos los ponen en práctica con sus compañeros.
Un día, mientras los chiquitines jugaban junto a la valla exterior del cole, la que daba al bosque, un niño de los mayores se cayó del columpio y se hizo una herida muy fea. Jessica se lo llevó para curarlo y los peques aprovecharon para investigar.
Héctor, que era muy travieso, se puso a escarbar detrás de unos arbustos y encontró una abertura en la verja del cole. En seguida fue a buscar a sus compañeros y algunos, incluido Héctor, pasaron a través del agujero. Les parecía muy divertido haberse escapado del cole y, sin siquiera pensarlo, se fueron a investigar por el bosque.
Para cuando se dieron cuenta ya no sabían volver a la valla y se empezaron a asustar. Algunos animalitos los oyeron y se acercaron, curiosos, al ver que los niños lloraban. Los animales estaban acostumbrados a las personas, pues en el pueblo había muchas que pasaban su tiempo cuidando animalitos, una de ellas era Jessica.
Cuando los niños se habían tranquilizado todos los animales se pusieron tensos y desaparecieron asustados. Los pequeños no sabían que pasaba, pero pronto lo descubrieron. Un lobo con el pelo del lomo erizado les gruñía desde dentro de unos arbustos. Los niños se asustaron mucho y echaron a correr. El lobo saltó de entre los arbustos y se tropezó con unas ramas, se quedó tirado, gimiendo, pues se había hecho daño en una pata. Intentó levantarse pero no podía apoyar la pata, así que se volvió a caer.
En ese momento llegó Jessica respirando forzosamente. Los compañeros de Héctor y los demás habían avisado a la profe en cuanto éstos habían salido y ella había corrido por todo el bosque, buscándolos. Después de comprobar que todos estaban bien, vio al lobo y se acercó a ver cómo estaba.
Solo era un lobito joven, seguramente nunca había visto a un humano y decidió darles caza para probarse a sí mismo. Cuando Jessica se acercó empezó a gemir, pero pronto notó algo el ella que le hacía sentirse a salvo. La profesora comprobó su pata herida y el lobito lanzó un chillido cuando ésta se la intentó mover. Los niños se asustaron y Jessica les dijo que sólo se la había torcido, y que en un par de días no le dolería nada. Sacó un vendaje de uno de sus bolsillos, lo tenía de cuando había curado al niño del columpio, y envolvió la pata del lobito.
Cuando terminó le instó a que se levantara y éste lo hizo a regañadientes. Dio un par de pasitos cautelosos y se volvió a desplomar, la verdad es que tenía más cuento que daño, pero Jessica sabía lo cabezotas que podían llegar a ser los lobos, así que le cogió en brazos y les dijo a los niños que la siguieran.
Jessica sabía dónde estaba asentada la manada en esos momentos y pensó que lo mejor sería llevarle con los suyos para que le cuidaran y le dieran un escarmiento. Cuando llegaron, los niños estaban agotados, pero al ver tantos lobos les dieron ganas de correr con todas sus fuerzas. Jessica les dijo que no les harían daño y se acercó a la zona donde estaban los más jóvenes.
Algunos lobos ya la conocían, así que no la impidieron acercarse a ellos, e incluso algunos se acercaron a saludarla. Las crías más pequeñas correteaban entre las piernas de los niños y los hacían caer, pero éstos se lo pasaban estupendamente. Jessica dejó en el suelo al lobito justo delante de un grupo de lobas y se sentó a pocos pasos. Una loba se levantó y se acercó al lobo herido. En seguida éste empezó a gemir fingiendo que la pata le dolía mucho y la loba le dio un mordisco en la oreja, como regañándole. Jessica sonrió al ver la escena y la loba la miró durante unos segundos, luego se acercó y la lamió la cara, era su forma de darla las gracias por traerle a su hijo.
Cuando los lobos volvieron a sus sitios Jessica decidió que ya no había nada más que hacer allí y llamó a los niños para volver al cole. Se pusieron muy tristes, pero Jessica les prometió que volverían después de unos días para comprobar si el lobito estaba bien.
Los peques se despidieron y los cachorritos les siguieron varios metros, pero algunos lobos les llamaron y tuvieron que darse la vuelta.
Cuando llegaron al cole los demás estaban muy preocupados, el patio ya estaba vacío y los niños todavía querían jugar. Jessica les dijo que tenían que entrar para que sus compañeros vieran que estaban bien y no se los había comido un lobo. Los peques se rieron y entraron detrás de la profesora. Ese día tocaba dibujar lo que más les gustara del cole y muchos de ellos dibujaron a un lobito en el patio. ^^
9 comentarios:
Preciosas la profe, muy guapa, seguro que con una profe así los niños no quieren ni ponerse malitos para no faltar y dejar de verla.Un saludo y pásate por mi blog que te dejé un premio mágico, chao guapa
Muy chula...
qué chula! y qué historia jeje... da gusto pasarse por aquí ^^
me encantan tus minis... son una pasada!!
Saludos :)
que preciosa!! la profe y la historia!
Preciosa Jessica, es guapísima!!
Besitos.
Holaa guapaa!!
joe es graciosisimaa la muñeca!no le falta ninugno detalleE!te a quedao genial
un saludoo
http://tufieltro.blogspot.com/
Creo que con una palabra puedo decirte todo FANS tuya incondicional!!!!!!!!!!!!!!besos
Me encantan los detalles: el cuaderno, la cesta, el baby... Que monada! A mi también me gusta poner detalles: pendientes, collares, bolsillos,cinturones... si tienes un ratito dime que te parecen mis creaciones.
Sigue así!
Mamen
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